Lógicamente es una cuestión primordial antes de embarcarse en una nueva aventura empresarial. Analizar si los costes son viables y cuánto voy a necesitar hasta tener mi primer cliente. Aunque lo veremos más detalladamente, las partidas más importantes hay que destinarlas al desarrollo del propio negocio, el marketing y cómo no, nuestro equipo.
Muy pocos proyectos emprendedores con inversión 0 realmente han triunfado y siguen en pie. Montar una nueva empresa siempre requiere unos gastos mínimos y a menos que tengas una idea única y muy buena, como poco tendrás que hacer una inversión importante de tiempo que siempre es dinero.
Por ello, cuando estamos planteándonos la viabilidad de nuestro proyecto es necesario conocer con la mayor exactitud posible cuánto nos va a costar, porque de ello se derivará si continuamos con nuestra idea de negocio o no.
Se ha de ser lo más ajustado a la realidad posible con los ingresos, ya que lo que sí que sabemos con certeza son los gastos. Por tanto, si tu negocio está afincado en un espacio físico hay que empezar por cuantificar gastos como el alquiler del local, el gasto de luz, agua, teléfono, equipos informáticos etc.
Si a parte se tiene un portal web de apoyo a la tienda o si el negocio funciona a través de internet es necesario cuantificar y presupuestar la partida al desarrollo y puesta en marcha de la propia web donde vamos a exponer los productos o reforzar la imagen de marca de nuestra empresa, sin entrar, de momento a cuantificar cuánto nos costará publicitarla, que lo veremos dentro de la partida destinada a marketing.
En el caso de que sea una empresa dedicada a la gestión, administración o cualquier otra actividad empresarial que se desarrolle en una oficina o despacho, una muy buena opción puede ser la de alquilar una oficina en un centro de negocios, donde los precios son bastante más asequibles que alquilar unas oficinas completas ya que permite ahorrar en gastos fijos de luz, agua, internet, aire acondicionado etc. para invertirlo en otras partidas que lo necesiten más.
En el caso de proyectos industriales es necesario realizar cálculos acerca de la maquinaria que vamos a emplear para la fabricación de ese nuevo producto y costes relativos a la fase de diseño donde sí van a aumentar bastante en función de los moldes que vayamos a utilizar. Un error muy común es pensar que externalizando la producción a países donde la mano de obra es muy barata como China o Pakistán se reducen mucho los gastos. Es cierto que son lugares más económicos donde producir pero hay que tener en cuenta por un lado que tenemos que invertir en crear los prototipos de nuestro producto y por otro, que la manufactura en esos países suele conllevar la adquisición de lotes importantes, por lo que hay que analizar muy bien todo antes de lanzarnos con una empresa extranjera.
Una vez que tienes todos estos gastos fijos cuantificados, es necesario destinar una buena parte del presupuesto a que nos conozcan y que sepan de nosotros, es decir, al marketing. Este es un concepto que sí que tienen bien asimilado los emprendedores y las empresas de reciente creación. Estas startups tienen bien claro que al principio de cualquier negocio todo es probar y que muchas veces cuesta encontrar a los clientes porque no se da con el canal adecuado así que la cantidad destinada a este fin es muy variable precisamente porque no es posible saber con exactitud cuánto nos va a costar atraer a un cliente hasta que no obtengamos datos reales. No por ello hay que destinar una buena parte del presupuesto a dar a conocer la empresa y los productos que ofrecemos.
Otro de los gastos a los que más dinero nos va a suponer es la inversión en personal cualificado para desarrollar el trabajo. En un mercado laboral muchas veces sobrecualificado muchas veces es difícil también calcular lo que nos va a costar incorporar un equipo profesional y con talento. El talento precisamente es una inversión con vistas al futuro ya que dependerá del buen hacer de nuestros trabajadores en mayor medida el éxito de la empresa.
En resumen, lo que hay que tener claro antes de comenzar cualquier nueva andadura en un negocio es que hay un porcentaje de dinero que debemos dar por perdido, es decir, que no debemos contar con él. Por ejemplo si has alquilado unas oficinas para el desarrollo de tu negocio y en un plazo determinado no vendes o vendes muy poco, ese dinero no es recuperable, como tampoco lo es el invertido en maquinaria nueva, los esfuerzos en marketing y publicidad etc.
Por todo esto, desde Coworking Cospaces oficinas compartidas recomendamos aquellos emprendedores que están empezando alquilar unas oficinas coworking, ya que ofrecen una gran libertad de horarios al mismo tiempo que se reducen costos que podemos reinvertir en partidas relacionadas con la venta o la publicidad.
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