Aunque los presupuestos públicos para la innovación caen, hay medidas que pueden mejorar un sistema en el que ya no sea tanto el Estado el que aporte dinero como que facilite que la I+D+i suceda y revierta en crecimiento económico. De las de conversaciones con expertos, estas son algunas de las propuestas que extraemos para fomentar la innovación empresarial.
Compra pública innovadora. Imagina que el Ministerio de Defensa necesita un material que reduzca el peso de los trajes de los militares. ¿Por qué no encargar su investigación, desarrollo y posterior producción a universidades y empresas españolas? Varios de los expertos consultados hablan de este instrumento y Economía trabaja desde hace años en fomentarlo.
Inteligencia competitiva. “La mayoría de las compañías grandes hacen estudios de inteligencia”, explica Mata. ¿Qué es eso? Es saber, por ejemplo, que Google quiere hacer teléfonos muy potentes, que necesita baterías que aguanten y que en España hay áreas de investigación que estudian esto. “Hay hasta un máster en inteligencia competitiva, pero los analistas llegan a la pyme, le cuentan que pueden ayudarla, pero esta no lo entiende. Apoya desde el Estado que las pymes tengan acceso a estos analistas”, continúa. Lo mismo de cara a la internacionalización. “La innovación es un mercado y muchos proyectos se gestan en eventos internacionales. No está generalizada la ayuda para ir a foros donde se acceda a este tipo de contactos. Casi todos los instrumentos tienden más a que la empresa vaya a la feria, pero yo no quiero ir a una feria a vender, sino a ver cómo puedo colaborar”, explica Antonio Novo, presidente de la federación nacional de agrupaciones de empresas innovadoras y clústers, Fenaic.
Fomento de la inversión privada… y del riesgo. Se trata, ya que no hay demasiado dinero público, de fomentar un sistema en el que los inversores privados puedan y quieran entrar en empresas. Y que lo hagan asumiendo riesgos. “En España es un tema residual, poco maduro”, explica Colombano. El anteproyecto de ley también lleva un punto sobre esto: deducción del 20% en la cuota estatal en el IRPF (con un máximo de 20.000 euros anuales) y de la plusvalía al salir de la sociedad.
Incentivos fiscales. Son el principal instrumento externo para financiar la I+D empresarial. En España el 55% de las empresas encuestadas lo utilizan. El anteproyecto de Ley de los Emprendedores trae una novedad respecto a esto: un sistema de devoluciones de inversiones en I+D. “Esto nos pondría a la par de Francia, que es el top de los sistemas de incentivos. Te permite obtener dinero porque has invertido en I+D. Todavía no se sabe cómo se va a ejecutar, pero es una manera de animar a las empresas a hacer I+D”, explican desde la consultora.
Clústers y Asociaciones de Empresas Innovadoras. Un ejemplo. Una gran empresa necesita integrar un aparato que permita controlar mejor la producción en la fábrica. El mercado lo ofrece a 5.000 euros, que la gran empresa, de momento, paga. Una Universidad de la zona desarrolla un estudio de viabilidad para crear un aparato mejor y más barato, que puede beneficiar también a muchas otras empresas más pequeñas. Una empresa TIC se ocupa de generar los prototipos. Tras validarlos la gran empresa, el proveedor TIC empieza a fabricarlo en serie y se lo vende a la gran empresa. Y después, a más. El caso es real (la gran empresa es la planta de General Motors en Zaragoza, la Universidad es la de Zaragoza y la empresa fabricante, la zaragozana Inycom) y un modelo de cómo funciona un clúster, una concentración geográfica de empresas, universidades e instituciones. En este caso, IDiA. “Somos un aglutinador y podemos integrar a las empresas tractoras y las pequeñas”. ¿El problema? Al llegar al nivel burocrático, los clústers no están reconocidos como actor para pedir ciertas ayudas públicas. El proyecto del ejemplo salió adelante sin ayuda públicas de ámbito estatal (“la verdad es que no nos hubieran venido mal para el estudio de viabilidad de la universidad”, reconoce Novo). Se está gestionando con el Ministerio de Economía que los clústers y las AEI (Agrupaciones Empresariales Innovadoras), puedan presentarse a ayudas como las del CDTI.
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