¿Alguna vez has entrado a la oficina de un colega y te preguntas cómo hace esa persona para tener un lugar tan ordenado, limpio y hasta con estilo? Parece que esa persona tuviera alguna clase de superpoder porque al comparar ese lugar con el tuyo podrían decirse que quizá no pertenezcan ni al mismo planeta.
O quizá no te ha pasado nada tan grave porque tu lugar de trabajo aun sin ser una preciosidad, tampoco está tan mal que digamos ¿Te agradaría mejorar el orden del sitio donde te desempeñas a diario? ¿Te gustaría que las personas que te visitaran se maravillaran con tu oficina o escritorio? O mejor aún, ¿Te imaginas que cada vez que entres a tu sitio de trabajo te sientas tan a gusto y cómodo que quieras comenzar a trabajar y rendir desde ya? Todo eso no es una utopía, lo puedes lograr si te lo propones.
En caso de que tengas mucho tiempo siendo desordenado o consideres que es muy complicado lograr eso que recién describimos en los párrafos anteriores, pon en práctica estas claves de Gananci que te ayudarán a tener éxito en cualquier área en la que lo necesites.
Una vez que tienes presentes esas claves verás cómo tendrás una actitud entusiasta y positiva ante cosas que en otro momento probablemente te hubiesen parecido demasiado complicadas o inalcanzables.
Por eso es necesario tomarlas en cuentas incluso antes de leer los siguientes trucos que te ayudarán a tener un espacio de trabajo no solamente más limpio y ordenado, sino uno con el que te sientas contento y satisfecho:
1.- Toma conciencia: quizá pienses que no es demasiado importante el orden de tu oficina o escritorio, sino que más importante es hacer tus actividades con profesionalismo y eficacia, pero ¿Sabías que un lugar de trabajo sin el orden adecuado te resta productividad? Así como suena, podrías pensar que tu rendimiento sería menor ya que ahora tienes que estar más pendiente del orden -algo a o que quizá no le prestabas mucha atención- pero es todo lo contrario.
Al contar con un espacio de trabajo más libre, con las cosas en su lugar y armonioso podrás ver cómo el trabajo fluye mucho mejor. Es como cuando cambias la sábana de tu cama antes de dormir y sabes que tu descaso será más reparador que cuando duermes con sábanas que ya tienen varios días puestas.
Entre los beneficios que tendrás al mantener un espacio de trabajo armónico nombraremos:
- El aumento de la productividad
- Te sentirás mejor contigo mismo
- Darás una mejor impresión a las personas que se acerquen a tu área de trabajo
- Eres menos propenso a la frustración por perder documentos o cosas relacionadas con el trabajo, además de que disminuyen las probabilidades de tener una lesión o un accidente laboral
- Mayor concentración, precisión y creatividad en tus tareas ya que tienes la posibilidad de enfocarte en ellas sin tener que estar sorteando obstáculos o cosas fuera de lugar.
- Diminución de las distracciones en el lugar de trabajo, lo que también reduce el margen de error.
Como puedes notar, las ventajas son múltiples por lo que no hay verdaderas razones para pasar por alto algo que es tan positivo.
La finalidad de todo este primer aspecto no es solo el de tomar conciencia de la importancia de mantener la zona de trabajo ordenada y luciendo armónicamente, sino que además exista la motivación, la cual es la que te dará el impulso para hacerlo.
2.- Haz una organización general: esto lo puedes hacer en dos días o una semana, dependiendo del tamaño de tu oficina y también de la carga de trabajo de la que seas responsable. Si cuentas con personal de mantenimiento en la oficina, pídeles ayuda.
Quizá la primera vez que debas hacer un orden por completo tardes un poco más de tiempo, pero este artículo no es para decirte cómo harás esa limpieza y orden profundo, sino para que una vez esté hecha, puedas mantener tu lugar de esa manera y todo ese tiempo, además esfuerzo invertido no se desperdicie.
Si además de requerir esto en tu lugar de trabajo, lo necesitas en casa, pon en práctica este método que recomienda Gananci.
3.- Prioriza el mantenimiento: al momento de llegar a tu lugar de trabajo, dedica unos 10 minutos para poner todo en su lugar. Esta inversión hará que puedas rendir más durante el día y también te servirá para organizar lo que haga falta antes de comenzar tus labores.
Luego, antes de irte, invierte otros 10 minutos más en dejar todo lo más listo posible para el día siguiente, con estos minutos podrás organizar las cosas que pudieran estar fuera de lugar y dejar el lugar de la mejor forma posible para enfrentar la nueva jornada.
Si dejas pasar estos minutos por flojera o porque crees que no es importante, luego no vas a tener que invertir 10 minutos, sino más porque a mayor desorden más nos tardamos en organizar.
4.- No acumules objetos: algo común en las oficinas o espacios de trabajo es que solemos acumular objetos que nos regalan, material pop o publicitario como bolígrafos, pelotas antiestrés, pisapapeles y más.
Todas esas cosas no son necesarias y solo ocupan un montón de espacio. Si alguien te regala algo para tu lugar de trabajo y quieres conservarlo, hazlo, solo que antes de colocarlo en tu escritorio, saca algo que ya esté ahí. Así evitarás el desorden y el caos.
Semanalmente puedes hacer una revisión y sacar aquello que no requieras, repartirlo entre tus otros compañeros o llevarlo a casa (si son más útiles allá) si son regalos que te han hecho a ti directamente.
5.- Ten lugares específicos para las herramientas que más utilizas: los artículos de oficina siempre los necesitarás, no es obligatorio tenerlos siempre a la vista, pero sí a la mano para para que no pierdas tiempo buscándolos o regresándolos luego a su lugar.
Cuando tienes un lugar predeterminado para las cosas y lo categorizas por las de uso más comunes hacia las menos utilizadas, será mucho más sencillo mantener todo ordenado y armónico.
6.- Evita desordenar: este es un punto clave ya que en muchas ocasiones por el apuro, flojera o hasta olvido, se dejan las cosas fuera de lugar, lo que hace que el ciclo de orden se corte y deba comenzarse desde cero. Mientras más consciente seas del mantenimiento, el esfuerzo será considerablemente menor.
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