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Las ‘start up’ son un termómetro laboral que sirve para tomar la temperatura de los sectores con futuro y de las profesiones y actividades más demandadas. Las necesidades de estas compañías, en las que prima la eficiencia, la flexibilidad y la necesidad de adaptarse a los cambios, genera nuevas exigencias profesionales que ni el mundo académico ni el mercado pueden satisfacer.
Los panoramistas, activadores de campañas sociales, gestores de emociones o selectores de empleo cualificados no son profesionales del futuro que aparecen en las películas de ciencia ficción. Se trata de perfiles que ya están demandando las nuevas compañías lanzadas por los emprendedores.
Sectores como la salud, la medicina o la biotecnología generan nuevas profesiones o impulsan la reinvención de otras, como los consejeros genéticos, los terapistas respiratorios, bioinformáticos, diseñadores de órganos o nutricionistas. También la ciencia y la ingeniería provocan una creciente necesidad de nanotecnólogos, ingenieros de simulación o de recursos energéticos. El medio ambiente ofrece puestos a los productores de alimentos orgánicos, los expertos en sostenibilidad o los gestores de residuos…
No son utopías laborales de futuro, sino necesidades reales asociadas a un tipo peculiar de empresas.
Hoy existe una brecha entre lo que sale de la Universidad y lo que muchos emprendedores demandan para sus compañías. Y se puede hablar de nuevas profesiones para las que no hay perfiles adecuados. Los candidatos escogidos deben aprender de forma autodidacta, porque no existe una formación reglada para llenar esos puestos.
Epifanía Pascual, directora general de Packlink, explica que «una start up no es como una empresa tradicional. Quien trabaja en ella debe ser diferente. Hace falta flexibilidad y capacidad de adaptación ante los cambios de estrategia y de procesos, y no nos sirven aquellos profesionales que estén acostumbrados a procesos muy rígidos».
Pascual añade que «las start up no buscan conocimientos específicos sino actitudes, habilidades o capacidades para trabajar en un entorno dinámico y cambiante: capacidad analítica, teniendo en cuenta que hoy todo se puede medir y hay que ser capaz de demostrar a los inversores; o trabajo en equipo, considerando que este tipo de compañías no van precisamente sobradas de gente y deben ser capaces de hacer un poco de todo».
En este sentido Elena Gómez del Pozuelo, cofundadora de Bebedeparis.com, cita una investigación de Inesdi sobre profesiones y competencias digitales que revela cuáles son las seis competencias comunes para todas las actividades en la economía digital: liderazgo, humildad, colaboración, adaptabilidad, innovación y ganas de desaprender para aprender.
Gómez del Pozuelo cree que para una start up, las posiciones más necesarias son el chief marketing technologist, el analista en ecommerce, el planificador de medios digitales, el experto en conversión y optimización de web, el desarrollador y diseñador de aplicaciones (y aplicaciones móviles), así como el desarrollador web, «que, cuanto más hacker sea, mejor».
Javier Andrés, socio fundador de Ticketea, reconoce que su compañía sigue buscando perfiles específicos para ecommerce en Internet: «Aquí nos enontramos con el problema de que hay poca gente formada y que tenga experiencia».
También resulta complicado encontrar product manager, que son básicamente técnicos capaces de traducir las necesidades del negocio y la tecnología: «Se trata de profesionales que centralizan todo, que son capaces de priorizar, gestionar y traducir a los técnicos». A este perfil, Andrés añade el de quality assurance, que se dedica a verificar la calidad del producto, así como aquellos que tienen que ver con diseño e interacción.
Las exigencias de los creadores de empresas se multiplican en todo lo que tiene que ver con la análitica, la métrica, los resultados y la medición. Parece complicado encontrar a expertos capaces de convertir los datos en conclusiones que ayuden a tomar decisiones. Andrés reclama perfiles de márketing y ecommerce: «Deben ser profesionales capaces de analizar datos, que identifiquen tendencias y puedan hacer recomendaciones».
Iñaki Arrola, fundador de Coches.com y socio del fondo Vitamina K, coincide en valorar a los analistas de datos: profesionales que sean capaces de analizar, pero también de sacar conclusiones: «Hoy existe una gran necesidad de medir todo, y quienes sepan interpretar estos datos tendrán oportunidades laborales. Los matemáticos y físicos que quieran meterse en este mundo son muy apreciados».
Para Carlos Blanco, fundador de Conector Startup Accelerator, «lo que más ha evolucionado y donde encontramos más carencias es en el marketing. Hay una clara brecha entre la Universidad y lo que las empresas necesitan. Ni las grandes patronales ni el mundo académico tienen idea de lo que viene: Hace años, el márketing era estrategia, creatividad y eslóganes… Hoy tiene mucho de matemáticas y filosofía. Es un universo muy cuantitativo y cambia radicalmente el modo de captar a los clientes. No pueden formarse en ningún sitio».
Marcos Eguillor, fundador de Binary Knowledge, también habla de desconexión entre la formación y la vida real: «De nada sirve que España sea uno de los países con más licenciados si la gente no es todoterreno, no domina el inglés, no piensa… Es cierto que las empresas deben adaptarse a una nueva generación de trabajadores con valores diferentes, pero los Millenials deben atender a una serie de puntos básicos de los que no son conscientes. Sorprende que haya gente joven que no entiende la dinámica del entorno digital, que no sabe diseñar productos digitales ni dominan ese modelo de negocio».
Refiréndose al márketing online Álvaro Cuesta, fundador de SonarVentures, explica que «más allá del growth haking (márketing y analítica de datos), los jóvenes no salen preparados para trabajar en un entorno digital, ni siquiera los programadores». Para Marek Fodor, presidente de Kantox y cofundador de Atrapalo, «el márketing digital es ahora más cuantitativo que el de gran consumo. La gente que sale de la Universidad no tiene conocimientos prácticos sobre esto».
Carlos Blanco añade que compañías como eDreams o Atrapalo son verdaderas fábricas de profesionales del márketing online: «Quienes trabajan en ellas tienen un conocimiento adquirido tras 15 años de experiencia, pero estos expertos no se dedican a dar clase en ninguna universidad. Parece claro que los nuevos perfiles han de saber mucho más de matemáticas y analítica que antes».
Marek Fodor coincide asimismo en que la Universidad no puede formar adecuadamente a todos los profesionales de tecnología que hacen falta: «Andamos escasos de buenos profesionales de ingeniería para lenguajes de programación y de ingenieros informáticos; y también en lo que se refiere al producto digital tenemos necesidad de expertos en usabilidad. No tanto diseñadores como profesionales que sepan interactuar con el usuario».
Javier Echaleku, director general en Kuombo, cree que «en márketing online hacen falta profesionales que sean capaces de hacer campañas en redes sociales y en diversas plataformas».
Entender el negocio
En relación con las nuevas tecnologías, Echaleku opina que «las start up de base tecnológica necesitan desarrollo y analítica. No sólo programadores y diseñadores. También hace falta gente capaz de entender que el negocio funciona. Interpretación de datos. Y a esto se añaden las exigencias en lo que se requiere a creación de contenidos orientados a SEO. Se valoran los profesionales que dominen las estrategias de posicionamiento, y para que esos contenidos puedan ser compartidos».
Álvaro Cuesta se refiere a la necesidad de perfiles con una alta tolerancia a la incertidumbre: «Necesitamos gente muy adaptable y valoramos a los profesionales muy generalistas, porque cuando una start up está en sus inicios no puede encontrar a una persona diferente para cada tarea necesaria».
Para Cuesta, uno de los perfiles más demandados es el de growth hacker (márketing y analítica de datos con una mentalidad creativa). Sin olvidar a los data scientists: «Es difícil encontrarlos, porque normalmente los matemáticos suelen irse a trabajar a los fondos de inversión».
Además, Cuesta lamenta la dificultad para encontrar profesionales orientados a la venta, una figura que en otros países está muy dignificada.
Rafael Alcalde, fundador de JaraTech Social Technologies, explica que «en general, los perfiles vienen determinados por lo que puede pagar cada start up, y son necesarios los profesionales multitarea. En desarrollo de negocio algunas start up se atreven a ofrecer acciones a este tipo de profesionales. Se trata de ir a éxito en función de los beneficios y valores que se obtengan. Deben ser personas con un perfil comercial y que tengan mucha experiencia, y son difíciles de encontrar. También jóvenes de uno a tres años de experiencia que vienen de las escuelas de negocio y que quieren desarrollar una idea entrando en el capital».
Fuente: http://www.expansion.com/emprendedores-empleo/emprendedores/2015/04/14/552d4ce622601d2b778b4570.html
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