En el inicio de su startup, un emprendedor debe ser realista y fijar aquellos gastos verdaderamente necesarios para lanzar la empresa, relegando a un segundo plano todo aquello que pueda esperar, y que no compense económicamente.

 

cinco gastos prescindibles al iniciar una startup- coworking benidorm

 

 

Emprender un negocio propio puede sonar divertido y emocionante en un principio, pero también existen elementos que nos pueden llevar a momentos de aburrimiento y monotonía. La actividad puede pasar a ser más dura de lo que inicialmente se pensaba. Es verdad que hay muchos aspectos «divertidos«, como pensar en el nombre perfecto para tu empresa o imaginarte ya en la oficina con todo el equipamiento y hasta incluso, ¿por qué no?, una zona del local destinada a guardar las cervezas para los viernes, y con una máquina de pinball por algún rincón.

Sin embargo, esas cosas divertidas constituyen solamente una pequeña parte de todo lo que conlleva operar un negocio y pronto te verás inmerso en las implicaciones legales que acarrea el tema de la cerveza en el lugar de trabajo y posiblemente en el dolor de cabeza que puede llegar a producir la maquinita de pinball dentro de la oficina.

 

 

Esto no significa que uno no pueda divertirse al iniciar su negocio, pero un emprendedor debe tener muy claro todos aquellos gastos que son verdaderamente importantes y necesarios en la puesta en marcha, como sería contar con un buen administrativo, con un equipo de sólidas ideas, y con un plan de empresa. Y saber posponer para más adelante cierto tipo de inversiones que no son imprescindibles en un primer momento y cuyo beneficio probablemente no va a compentar el gasto.John Rampton enumera, en Startup Grind, algunos de ellos:

  1. Un local comercial. Obviamente hay excepciones, como por ejemplo si tu startup es un restaurante (en cuyo caso el local es algo vital). Sin embargo, muchas startups pueden iniciarse a través de una oficina virtual, o de diferentes opciones de trabajo a distancia, o bien en un local mucho más pequeño de lo se suele pensar. Ten en cuenta que un gran número de startups que han resultado verdaderamente rentables se iniciaron en garajes, y el equivalente a eso en la actual era digital sería el ámbito virtual. Los costes generales o básicos para que funcione un negocio es donde más dinero se puede ir, así que lo mejor es evitar aquellos que sea posible, al menos por un tiempo.
  2. Materiales de marketing. La idea de encargar camisetas, gorras, tazas y productos similares con el logotipo de la nueva marca suena estupendo. Sin embargo, solo se debería recurrir a un stock de marketing si el rendimiento potencial que se va a obtener merece la pena. En las primeras etapas de una startup, existen otros muchos medios más económicos para crear una marca, especialmente online, a través de las redes sociales, en blogs y demás. El Marketing Tangible resulta caro y no es la mejor forma de inversión en cuanto a rendimiento en los primeros días.
  3. Un abogado empresarial. Va a depender de las circunstancias particulares, pero para la inmensa mayoría de emprendedores no es necesario recurrir a un abogado al iniciar sus startups. La mayor parte de ese asesoramiento legal se puede conseguir de forma gratuita bien a través de la Administración o por tu propia cuenta mediante una investigación online. Para el 99,9 % de nuevas startups no resulta imprescindible contratar a ningún abogado en un principio. Si en tu caso existe demasiada confusión en cuanto a temas legales, probablemente deberías reconsiderar tu plan.
  4. Un sitio web carísimo. Los sitios Web pueden llegar a costar tanto o tan poco como se desee pagar, y vivimos en una época en que la idea de “uno consigue lo que paga» no es necesariamente cierta. Con opciones como WordPress, que ofrece ayuda para que cualquiera pueda crear magníficos sitios web a partir de cero, no existe realmente una necesidad imperiosa de tener que pagar miles de euros para conseguir un sitio «profesional». Trata de utilizar un medio en el que seas tú mismo quien diseñe tu web y no solo ahorrarás un montón de dinero, sino que además te servirá para aprender y que dicha habilidad sea de gran valor para tu negocio más adelante.
  5. Un Business Angel. Sería genial contar con un Business Angel, al igual que también lo sería ganar el Powerball. Todo resultaría mucho más fácil, pero eso no es nada probable que les suceda a la gran mayoría de startups. Lo más sensato es abrir horizontes y barajar otras opciones, comenzando por la financiación procedente de tus propios ahorros. Si no estás dispuesto a invertir en ti mismo, ¿por qué lo iban a hacer los demás?. El siguiente paso sería recurrir a la ayuda de amigos y familiares, después estaría la opción de solicitar un préstamo para pymes, y el crowdfunding.

 

Fuente: http://cincodias.com/cincodias/2015/02/20/emprendedores/1424426858_674127.html

 

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